Normalmente cuando lo niños empiezan a dar sus primeros pasos, es muy normal sufrir caídas y consecuentes traumas en la región bucal. Estos acontecimientos pueden afectar los dientes de leche, principalmente los delanteros, ocasionando con ello consecuencias serias.
Dependiendo de la intensidad del trauma, los dientes podrán presentar movilidad, sangrado gingival, oscurecimiento inmediato o tardío, y en casos más graves la completa pérdida del diente.
Por esta razón, lo más indicado es que, después del traumatismo, los padres lleven el niño(a) a una odontopediatra, para que se realice una radiografía, así como un control periódico, lo que evitará la afectación de ese diente y garantizará el desarrollo normal del diente sucesor permanente.